En 1986 Joe Biden declaraba ante un grupo de senadores: «Es la mejor inversión de 3 billones de dólares que hacemos. Si no existiera Israel, los EE. UU. tendrían que inventar uno para proteger nuestros intereses en la región». Tras estas afirmaciones se esconde una larga y estrecha relación del sionismo con el imperialismo de turno mucho antes incluso de la creación del actual estado de Israel en 1947.
En su afán por liquidar a las comunidades judías incómodas (asimilacionistas y socialistas) el sionismo irá estrechando su colaboración con el imperialismo sin el que es imposible explicar su influencia en el mundo de hoy ni el carácter reaccionario de tal ideología antisemita.
EL SIONISMO COMO NACIONALISMO JUDÍO
A lo largo del s. XIX y como condición necesaria al desarrollo del sistema capitalista, este necesitaba para la libertad de circulación de mercancías la existencia de un mercado nacional, primer paso para los estados nacionales. El mundo germano del s. XIX fue la cuna del nacionalismo étnico imbuida del romanticismo e idealismo. De la mano de Fichte, Herder, Shelling, etc. nace el nacionalismo étnico alemán y, de esa matriz el sionismo, este último de la mano de Theodor Herzl.
Este nacionalismo se propuso la creación de un estado nacional judío que, en un primer momento no situó en Palestina1 y que jamás fue mayoritario entre la comunidad judía perseguida por el nazismo. Por eso, el sionismo no ha sido nunca judaísmo ni es coincidente con el pueblo judío: el primero es nacionalismo étnico mientras el segundo es la religión y gran parte de los judíos son ciudadanos asimilados en cientos de países del mundo. De hecho, el sionismo sí es antisemitismo por cuanto es hostil al mundo árabe, igualmente descendiente de Sem.
Al no gozar de popularidad, Herzl se propuso crear la Organización Sionista Mundial (OSM) y recabar apoyos entre los políticos del imperialismo o imperio de turno2, pero a pesar del enorme interés de Gran Bretaña por tener influencia en la región, no será hasta después de la IGM con la derrota y partición del imperio otomano3, que el proyecto de ese estado comience a recibir mayores flujos4 de colonos de sionistas apoyados por el imperialismo.
Es necesario un breve recorrido histórico de cómo el imperialismo y el sionismo irán convergiendo en intereses comunes y cómo la elección de Palestina no es al casual y más que con designios celestiales, estos son terrenales.
EL CENTRO IMPERIALISTA Y SU PERIFERIA
En Europa occidental5 el capitalismo había alcanzado su máximo desarrollo entre 1870-1890, este se expresaba en el dominio económico y político de los grandes monopolios dentro y fuera del ámbito nacional. Sus principales estados nacionales (Francia, Gran Bretaña y, en menor medida Alemania) ya se habían repartido lo que quedaba por repartir en el mundo (Asia y África). Sin embargo, este dominio mundial no significaba que el desarrollo capitalista alcanzara a todos los países del mundo por igual. Al contrario, según su desarrollo e intercambio económico se distinguía un centro imperialista y una periferia dependiente.
DIVIDE ET IMPERA
En Europa oriental, sin embargo, pervivía lo viejo y caduco: grandes imperios semifeudales como el ruso, también el otomano en Próximo Oriente. Estos, que se habían quedado al margen del reparto colonial e incapaces de impulsar la industrialización capitalista comienzan a ser percibidos por las nuevas potencias imperialistas como el nuevo destino de sus ambiciones: en lo económico, el capital francés e inglés se apoderan de los recursos y dirigen la industrialización rusa; mientras políticamente, Gran Bretaña tratará de desestabilizarla interviniendo en los Balcanes apoyando al otomano aprovechando su declive6 para finalmente desmembrar a este tras la Primera Guerra Mundial (IGM).
Para la cuestión que nos ocupa, las principales potencias vencedoras Francia y Gran Bretaña se reparten una parte del otomano estableciendo protectorados, entre ellos el de toda Palestina bajo mandato británico.
LOS ESTADOS-NACIÓN OCCIDENTALES Y ORIENTALES
Como hemos visto, con la derrota del imperio otomano se produce el reparto y administración de algunos de sus territorios en forma de protectorados ingleses (como Palestina o Egipto) y franceses (como Siria o Líbano), pero también la emergencia de un sentimiento nacional árabe anticolonial y, por tanto, liberador.
Es decir, mientras muchos de los futuros estados-nación árabes se irán formando en las décadas siguientes (y tras la IIGM) como resultado de un proceso de descolonización7emancipador, el estado-nación de Israel lo hará en sentido contrario, a través de la colonización por parte del imperialismo ocupando y hostigando a las comunidades de un territorio en el que durante siglos habían convivido multitud de confesiones8 y laicos.
EL PROYECTO IMPERIALISTA: LA DECLARACIÓN DE BALFOUR
Con el control británico de Palestina, el proyecto sionista encontró en aquella potencia imperialista la oportunidad y a su principal valedor, el antisemita Arthur Balfour9. En la Declaración Balfour de 1917 se declaraba “…el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío” y el compromiso del gobierno británico de hacer “todo lo posible para facilitar la consecución de este objetivo”. El futuro Estado sionista sería una cuña al servicio de los intereses británicos frente al emergente10 movimiento de liberación nacional del pueblo árabe.
EL SIONISMO, ARMA IMPERIALISTA CONTRA SOCIALISMO Y ASIMILACIONISMO
Por el contrario, el proyecto soviético era de naturaleza asimilacionista: otorgó a los judíos plena igualdad y la creación de escuelas en yiddish. Además de la oposición al sionismo, por ser este aliado del imperialismo y antisemita11. En definitiva, mientras el proyecto sionista por el que decidió apostar el imperialismo significaba alimentar una ideología nacionalista reaccionaria; por el contrario, el soviético fomentó la igualdad en derechos con el resto.
Entonces el sionismo declaró al bolchevismo y a los judíos “asimilacionistas” como enemigos. Uno de tantos ejemplos de esto fue lo ocurrido durante la guerra civil rusa (1917-1923) en Ucrania, donde el imperialismo y el sionismo apoyaron la Rada del antisemita Simón Petliura, quien ordenó pogromos hacia los judíos que simpatizaban con la causa bolchevique.
Así, además de estrechar lazos con el imperialismo anglosajón y francés, el sionismo terminó colaborando con regímenes y movimientos abiertamente antisemitas como el nacionalismo ucraniano y, como veremos a continuación, incluso con el nazismo.
EL SIONISMO COLABORA CON EL NAZISMO
Dos años después de que Adolf Hitler asuma el poder, en 1933 la Federación Sionista de Alemania firma el acuerdo de Haavara12 con el régimen nazi, además de que este acuerdo obligaba a “facilitar la emigración” de los judíos a Palestina confiscando sus los bienes, la entidad sionista también se ofreció a convencer a las asociaciones empresariales judías internacionales y -especialmente- estadounidense a suspender el boicot a Alemania.
Aquellos judíos que rechazaron colaborar tuvieron entonces que pasar a la clandestinidad, para ocultarse no solo del régimen nazi, también del sionismo que colaboraba con este. Por eso decidieron no huir a palestina sino unirse al resto de las clases populares alemanas resistiendo y compartiendo un mismo destino.
Al margen de lo reaccionario de sus postulados ideológicos que hacen que la implementación del sionismo no pueda realizarse de otro modo que no sea colonizando y expulsando a las distintas comunidades palestinas a través del hostigamiento, apartheid y genocidio; es imprescindible descubrir a través de un mínimo recorrido histórico el apoyo decidido del imperialismo británico hacia la protección de sus intereses en la región a través de los primeros colonos sionistas.
Pues sin este, las distintas comunidades palestinas habrían sido capaces por sí mismas a sus hostigadores durante los primeros años del protectorado británico. Pero este no es un caso aislado, allá donde el imperialismo pone interés, financia el odio entre los pueblos para oprimirlos y así explotarlos mejor. Inculca las ideologías más reaccionarias a terceros mientras en nuestras metrópolis predica la paz y democracia. Lo que nos oculta a los trabajadores de aquí es que nuestro bienestar se paga con la sangre de los trabajadores de allá, de los pueblos oprimidos y pretende que comulguemos con ruedas de molino al justificar estar apoyando “la única democracia el Oriente Próximo” ¿A quién pretenden engañar?
BIBLIOGRAFÍA
CPGB-ML (2016) Zionism – A Racist and Anti-Semitic Ideology. Lalkar, novembre/desembre[http://www.lalkar.org/article/2539/zionism-a-racist-and-anti-semitic-ideology].
Lenin, V. I. (2017 [1917]). L’imperialisme, fase superior del capitalisme. Tres i Quatre Editorial.
Fernández Ortiz, A. (2018) La revolución de los ‘’otros’’. El imperialismo, Octubre, los bolcheviques y la ética soviética. El Viejo Topo.
Marc Ruiz Pons
Estudiant de Geografía e Història (UNED.
Militante comunista
1 Antes que, en Palestina, primero fueron exploradas las posibilidades en Madagascar, Canadá, Alemania o en el Óblast autónomo hebreo soviético.
2 “…Al Sultán le prometió la capital judía; al Kaiser le prometió que el territorio judío sería un puesto de avanzada de Berlín; a Chamberlain, el secretario colonial británico, le ofreció la posibilidad de que el territorio judío se convirtiera en una colonia del Imperio Británico” (Avi Shlaim, El Muro de Hierro).
3 Recordemos la creación del protectorado de Palestina por Gran Bretaña.
4 Aunque estos ya se producían algunas décadas antes con un imperio otomano en declive, será ya tras la derrota del imperio y creación del protectorado británico de Palestina que se intensifica.
5 También EE. UU., pero estas potencias no despuntarán militarmente hasta los albores de la Segunda Guerra Mundial (IIGM). Fuera de Europa occidental, Japón sí es reseñable por sus tempranas ambiciones imperialistas, recordemos la primera guerra rusojaponesa de 1905.
6 En el s. XIX el imperio otomano era visto como “el enfermo de Europa” en lo que se conoce como “la cuestión oriental”.
7 Apoyados con la solidaridad de la URSS. Este punto desborda el ámbito del presente artículo, pero contiene muchas implicaciones de los intereses geopolíticos no solo de la guerra fría, sino actuales desde el apoyo decidido de Rusia a Siria en 2011.
8 Mayoría árabe musulmana y no, hebreos, cristianos, drusos, coptos, etc.
9 Ministro de asuntos exteriores.
10 al-Thawra al-‘Arabiyya al-Kubrā ‘Gran revuelta árabe en 1916 contra el debilitado dominio otomano.
11 Racista hacia los árabes.
12 https://es.wikipedia.org/wiki/Acuerdo_Haavara